#ElPerúQueQueremos

Acerca de la ciudad de ladrillos naranjas y del "orgullo" que provoca en sus habitantes.

Publicado: 2015-01-20

¿Es el mundo un lugar perfecto?... esa es una pregunta necia; algo más inteligente sería preguntar: ¿qué tan perfecto puede ser el mundo? y una respuesta (más o menos) racional, sería: “tanto como lo quisiéramos”. 

Si esto es válido, hacer del mundo un lugar mejor depende de todos y de cada uno de nosotros y no es sólo obligación de terceros… sin embargo, parece que los limeños (tan acostumbrados a la "tercerización", sobre todo la del deber propio) no somos muy coherentes cuando se trata de ser conscientes de nuestro propio rol como ciudadanos.

A esa conclusión llego, luego de leer en Publímetro un artículo sobre el informe que presenta la organización Lima Cómo Vamos, que mide (para el 2014) la opinión que los limeños tenemos sobre nuestra ciudad; algunos indicadores interesantes son:

-Problemas más graves: INSEGURIDAD 82%, CAOS EN EL TRANSPORTE 54% y contaminación 35%.

-79% no está satisfecho con la existencia (o facilidad de acceso y uso) de parques y áreas verdes, 61.8% no está satisfecho con el estado de pistas y avenidas, y 60.2% considera que existe una total falta de respeto hacia el peatón.

-Existe un preocupante 12% de la población que reporta haber sufrido, al menos, un accidente de tránsito a lo largo de su vida (obviamente, si es alguien que puede ser encuestado… es porque no murió en el accidente, o sea, la cifra debe ser mayor).

-Curiosamente, 61.5% de encuestados considera que sus vecinos son “buena gente” pero, OJO, sólo 12.8% expresó que confiaría en los mismos.

Con todos esos indicadores, resulta muy raro que 47.9% de los seres humanos que viven en Lima, se sientan orgullosos de ello: creo que algo más coherente con la realidad (ante semejantes estadísticas) sería decir que 52.1% de personas no se siente satisfecho (me incluyo en el segundo grupo).

Dudo mucho que los que se sienten orgullosos de vivir en Lima se sientan obligados a hacer algo para mejorar la realidad en la que vivimos (apuesto respetuosamente, que SON LOS QUE VOTARON POR EL “ROBA PERO HACE OBRA”) sin embargo, ¿cuál es el rol de los que estamos insatisfechos: ser parte del problema o parte de la solución?.

En lo que se refiere al gobierno de la ciudad, la suerte está echada y no se puede hacer nada (al menos por los próximos tres años) pero... ¿qué vamos a hacer para el 2016?, ¿tendremos la capacidad de ser un poquito más inteligentes?, ¿seremos problema o solución?.

Nos vemos en cualquier parte de la insegura, caótica y cochina gran ciudad de ladrillos naranjas de la cual, tantos se sienten “orgullosos”... yo no.


Escrito por

Luis Enrique Rondona

Consultor, investigador, escritor aficionado. Apasionado amante de la historia que no se enseña en las escuelas. Iconoclasta por naturaleza.


Publicado en

Reflexiones de un ciudadano común pero no corriente.

Acerca de lo que sucede cuando la condena deja de ser una consecuencia del error propio, y se convierte en una presuntuosa costumbre insana.