Preámbulo

En 1995 la TV por cable estaba en pañales: en aquella época la novedad era TeleCable y “estar in” significaba seguir la señal de MTV y no perderse Nación Alternativa que llegaba directo de EEUU. En ese espacio, que conducía un mexicano llamado Arturo, pasaban buena música (principalmente, rock alternativo) y, entre segmentos, metían capítulos de Beavis and Butthead pero también (antes que Locomotion exista y antes aún de la posterior fiebre de los animes) en dicho espacio se llegó a pasar una miniserie de dibujos para adultos creada por un niño de 14 años que se llamaba The Odditties, la cual trataba sobre unos alienígenas que llegaron para apoderarse de la Tierra previo control de la población a través de dos métodos: el primero era el acto sexual con los humanos; los odditties femeninos no se dejaban ver, sólo se observaba cuando una sombra extraña se "fusionaba" con la sombra de un varón humano común y corriente y automáticamente, a través de ese sutil "contacto", los esclavizaban en tanto que, los odditties masculinos se hacían pasar por hombres que seducían a mujeres y que, en cuanto ambos se quitaban la ropa, "ellos" se transformaban en monstruos con diez tentáculos fálicos con los cuales (mediante una experiencia íntima) buscaban que sus víctimas experimentaran múltiples súper orgasmos con lo que poco a poco, a través de sucesivos éxtasis, lograban apoderarse del cuerpo y la voluntad de las humanas. El otro método era emplear, en alianza con las élites más poderosas, los medios de comunicación para reprogramar la mente de las personas a las que no podían esclavizar a través del acto sexual. 

El propósito no era eliminar a los humanos sino, esclavizarlos apoderándose de sus mentes; privarlos de su libre albedrío, de su voluntad.  

Aterrizando la idea central

El punto de mencionar The Odditties, es que esta serie trataba sobre el pacto entre esos alienígenas y las élites que controlaban el mundo, y sobre cómo ese plan de conquista y dominación no se podía concretar porque los humanos tenían la ARPANET (la internet primigenia) a través de la cual, los ciudadanos no "odditizados" (no esclavizados) defendían la libertad de nuestra especie desde esa última trinchera que era el espacio virtual en el que cualquier persona (sin importar su sexo, condición, nivel educativo o ubicación global) podía expresarse sin temor y sin límitaciones... lo que en la práctica era un obstáculo para los objetivos de los invasores y sus aliados de los gobiernos y corporaciones globales megapoderosas. 

De la misma manera que el cable-TV, en 1995 la internet aquí estaba en pañales o en todo caso, no era como lo es hoy: no había Google y el buscador era Altavista; la Wikipedia era la enciclopedia Encarta en un CD-ROM que tenías en casa; los correos electrónicos tenían unos dominios larguísimos (algunos me parecían más largos que el nombre) y, aunque no existían las redes sociales, la moda era hacer amistades metiéndose en cuanto chat room se pudiera... pero mientras estábamos fascinados con esas maravillosas novedades y nuevas tecnologías, todos los días en los medios de comunicación tradicionales, ocurría algo que pasaba desapercibido para mucha gente: la prensa chicha arrasaba y destruía la reputación de cualquier opositor; el programa de César Hildebrandt (que salía a diario y que en señal abierta denunciaba los abusos y la corrupción de Fujimori, Montesinos, de Hermoza Ríos, de Blanca Nélida Colán y otros sátrapas) era interceptado de la manera más grosera e impune al punto que no se podía ver en casi todo Lima y provincias; en tanto, la autoridad tributaria era usada como policía política (tal como la hitleriana Gestapo) y se producían intervenciones en diversas radios: por ejemplo, en Radio Miraflores, porque su director Ricardo Palma Michelsen se había pasado de la raya con sus comentarios en contra del régimen desde su programa Buenos días Señor Presidente.

En esa época nadie le prestaba atención a la internet, a los chats o a los foros... y los "trolls" actuaban más como agentes de escucha para “tirarle dedo” (acusar desde el anonimato) a todo aquel que opinara en contra del gobierno.

Los "trolls"no estaban en la web sino, en la calle, en los kioskos de cada esquina, en las cafeterías, en los taxis, en las universidades e institutos, en conferencias y otros eventos académicos, en las redacciones de muchos periódicos, radios y canales de TV... hasta en hospitales e iglesias y si la gente no cuidaba lo que decía, se podía acabar desaparecido, descuartizado o auditado por "peritos" encargados de mandar a la quiebra a todo aquel que no supiera guardarse sus opiniones en contra del régimen. 

Atando el pasado a la coyuntura actual, y una visión de futuro

Más o menos a 25 años de la caída del primer fujimorismo, lo que sucede con Keiko en estos días conlleva a preguntar ¿qué hubiera pasado con su padre si en 1995 la internet hubiera estado tan desarrollada como lo está ahora?; yo creo que si en ese momento hubiésemos tenido la web de hoy, ese régimen no hubiera durado tanto tiempo, ni hubiera podido actuar tan sucia e impunemente como lo hizo; incluso, tal vez ahora no estaríamos atravesando esta crisis porque simplemente los peruanos habríamos estado mejor informados; tal vez habríamos logrado abrir los ojos más temprano y madurado más rápido como ciudadanos y definitivamente, las campañas de lavado de cerebro que se han llevado a cabo en las últimas tres décadas (a través de prensa, radio y TV) no habrían tenido tanto éxito, lo cual, invariablemente, me hace pensar en la trama de The Odditties y en el objetivo de los aliens de dominar a la población, controlando la mente de las personas a través de los medios y otros métodos. 

A los fujimoristas (sin generalizar, pero sobre todo a los que han entrado a ocupar cargos públicos) nunca les ha gustado la gente que piense diferente; no importa de qué espectro ideológico sea el ciudadano; es más, ni siquiera les importa si la persona tiene o no una ideología más o menos definida o si esta es buena o mala; ellos se quedaron con la idea en el "chip", de que el mejor estilo de gobierno es el de los 90s, y que consistía en direccionar a la opinión pública según les convenga o, se debía aplastar a quien no sepa alinearse: para ellos lo importante es que la gente no reclame, no cuestione; que siga ignorante, necesitada y sumisa... porque así es más fácil dominarla y así es más fácil operar impunemente.

pero lo que no saben (o no quieren aceptar) esos señores, es que los ciudadanos somos absolutamente libres y eso no podrán cambiarlo nunca: aunque chillen o se tiren de un puente, y ahora más que nunca antes, cuando tenemos la internet como la mejor herramienta para compartir datos e información; para expandir la visión; para leer y saber más; para investigar, analizar y confirmar hechos; para cuestionar lo que los políticos nos dicen directamente o a través de sus voceros (los sicarios de la prensa y los opinólogos a sueldo).

Los medios de manipulación tradicionales poco a poco perderán fuerza y llegará el día en que el poder que surja desde el mundo de lo virtual logrará aplicar cambios decisivos e inmediatos en el mundo real pues, la ciudadanía ya no estará tan mayoritariamente desinformada; no será tan fácil de polarizar en torno a intereses personales o de pequeños grupos; ya no será una "bola de analfabetos funcionales" (como dice el ciudadano Phillip Butters). Ese día, en que el ciudadano habrá dejado de ser un mendigo que cambia votos por un poco de comida o un puesto de trabajo o en el que habrá dejado de canjear ética y valores por negocio, la transa cínica de los políticos será más difícil de realizar porque más personas estarán más atentas a defender los intereses de la nación y no sólo el de unos pocos, pero principalmente, los resultados electorales nunca más serán la desgracia que han sido hasta ahora.

Somos una república en formación, y nuestra democracia no sólo es joven sino, a veces parece atrofiada, lisiada, limitada... pero es nuestra misión cívica el ayudar a repararla o curarla y fortalecerla o perfecccionarla no casándonos con la suciedad, no sumándonos al caos; construyendo una nueva y mejor forma de pensar como nación a prueba de tramposos: usemos la web para ello.

Los ídolos de barro van a caer y los políticos mafiosos y sus aliados (también mafiosos) deben temer a la internet desde ahora, porque nunca (ni con sus trolls, ni con periódicos chicha, interferencias electrónicas o con la intervención de agentes tributarios) podrán silenciarla.

¡Gracias internet!

Créditos de la imagen: Clara muestra del autoritarismo en el Congreso de la República. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=fJ8L5nZEOsI